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Lo recordaremos por siempre, lo llamaban EL FAVALORO DE LA MOLINERÍA.

Lamentamos dar la triste noticia de que hoy, 22/02/2018 a las 8:30 am falleció el Sr. Hugo Sierra, más conocido como Don Hugo. Después de un largo tiempo de enfermedad, lamentamos hoy su partida y le damos nuestro más sentido pésame a su esposa Marisa y a sus hijos.

Casualmente teníamos pendiente un homenaje por su trayectoria y una entrevista que no pudo ser por su delicado estado de salud. Siempre activo con nosotros, dando charlas, cursos, y colaborando con Periódico Los Molinos. Esta era su vida; su pasión, su motor de cada día: La molinería.

En sus últimas semanas lo visitaban de distintos molinos en su casa, las consultas nunca dejaron de estar y él con su vos serena y calma, nunca dejó de estar atento a dar una respuesta. Un hombre amable, gentil, que lograba explicar lo más difícil de un modo sencillo. Admirado por muchos y muy respetado, cuya humildad merece ser seguida como un ejemplo.

En nuestros muchos seminarios donde participó como orador se sentaba a escuchar al resto de los oradores en primera fila, con una atención única y admirable, seguramente sabía mucho de los temas que se daban, pero él escuchaba atento y siempre predispuesto a dar su colaboración.

Un padre ejemplar y excelente esposo, vivió muchos años pegado a Molinos Rio de la Plata Dique III donde sus hijos correteaban por el molino, llevo su familia al trabajo y su trabajo a la familia. Los fusionó, como solo un grande puede hacerlo.

¿Quién no conoció a Don Hugo dentro del rubro?
Un hombre que logró transmitir con humildad y sabiduría todo su conocimiento en molinería. Conozcamos su trayectoria, sus compañeros, su vida.

Un poco de su trayectoria.

Hugo a Sierra, nació en Uruguay el 28 de marzo de 1932. Su formación académica la realizó en Escuela Francesa de Molinería, la Universidad de Kansas, la Universidad Española, Braibanti Golfetto de Italia y la Escuela Latinoamericana de Molinería de Venezuela.
Trabajó en Molinos Gramon S.A. de Uruguay, como Jefe de Producción en el molino de Nogoyá, en el molino de Olavarría y en el molino de Tres Arroyos.
Fue gerente industrial casa central, auditor técnico molinero de los molinos harineros del grupo en Argentina, Paraguay y Uruguay. Luego entre 1976 a 1982 fue Jefe de Producción de planta Dique III.
Para el año 1986 realizó un Intercambio tecnológico con los molinos del grupo Bunge y Born de Australia: Ballarat, Narrandera, Alboury. Del año 1986 a 1996 fue asistente de la Gerencia Industrial, en Molinos Río de la Plata Dique III donde pudo experimentar, hacer investigación y «meter mano» como él decía.
Desde 1996 a la actualidad se dedicaba a ser asesor técnico molinero aumentando la capacidad de cernido de “todos los molinos de Uruguay” su país natal y asistía a más de 60 molinos de Argentina. Ha realizado trabajos técnicos en molinería para exponer en reuniones internacionales semestrales, para capacitación del personal de producción de harinas en el grupo Bunge y Born.
Capacitó en molinería a técnicos e ingenieros seleccionados para Gerencias de Producción de plantas de molienda de Molinos Río de la Plata.
Una vasta trayectoria, dedicación y compromiso. Él se ponía a la par con el molinero para las reformas, sentaba al equipo de trabajo y con su templanza, lograba sacar lo mejor de cada uno. Los molineros y los dueños de molinos siempre agradecidos por que donde Hugo estaba, todo lo mejoraba.

Compartimos las palabras de quienes fueron sus más allegados compañeros de trabajo… estas palabras serían parte del homenaje que deseamos haberle podido dar.

Hablar de Hugo Sierra es para mí muy sencillo, gratificante y a la vez es un tanto difícil, esto último debido a que uno trata siempre de no dejar nada en el tintero cuando trata de adjetivizar las condiciones y virtudes de una persona que admira.
No me considero contemporáneo de Hugo si bien debo ser sincero no nos separan tantos años en edad, es que realmente en esta hermosa profesión que abrazamos hace tiempo me considero uno de sus alumnos y como colega creo que estoy muy por debajo de sus conocimientos, de su dedicación y del permanente interés por actualizarse, estar siempre al día con lo último que técnicamente en materia de molinería sucede en el mundo.
Además del conocimiento y de la idoneidad que posee, tiene esa virtud «de los grandes», el con su humildad y su bonhomía «no se guarda nada», enseña con total modestia todo lo que está a su alcance poniéndose a la altura del nivel de conocimiento de la persona que tiene enfrente y con su serenidad y su dedicación hace que lo difícil resulte sencillo, resulta imposible no entender sus conceptos, sus enseñanzas, sus ejemplos, con el aprendimos a lo largo de los años en que trabajamos juntos a «desmenuzar» un diagrama de molienda a punto tal que nos resultaba sencilla su interpretación.
En una oportunidad en que mis colegas me distinguieron para que hiciese entrega de un reconocimiento a su trayectoria dentro de la molineria rioplatense, se me ocurrió decir que estábamos distinguiendo al «Favaloro de la Molineria», hoy pasados varios años de aquella ocurrencia, sigo pensando exactamente lo mismo y siento verdadero orgullo de haber sido uno de sus alumnos y hoy sentirme humildemente uno de sus colegas.
Carlos Alberto Berrueta (Diciembre de 2017)


Quien fue y es el Sr Hugo Sierra para mí?, mi maestro, mi guía, el camino a seguir, la sabiduría con enorme humildad.
Tuve la fortuna de tenerlo como jefe en Molinos Río de la Plata de mi pueblo en Tres Arroyos entre los años 1969/73. Él nos enseñó a descubrir, disfrutar y razonar la molinería. No tenía secretos, lo que sabía, que era mucho, lo entregaba. En los cursos, seminarios, etc… a pesar de ser el que más sabía, siempre atento en primera fila. Un gran autodidacta, con vocación y gran esfuerzo. Por suerte aún sigue siendo mi asesor de lujo.
Gracias maestro, lo admiro con gran afecto.

Roberto Luis Bernardi (Enero 2018)


Como esos grandes e importantes acontecimientos que nos ocurren en la vida, recuerdo como si fuera hoy el momento que conocí a Huguito Sierra; transcurría el mes de agosto de 1969, estábamos en el Molino Rio de la Plata de Laboulaye, era una apacible mañanita del invierno cordobés cuando llegó Hugo con su Fiat 1500 Berlina color té con leche como decíamos en ese momento, venía a supervisar el molino pero especialmente a introducirnos y dar los primeros pasos en la molinería a mí y a otro compañero, Roberto Milione.
Nada mejor nos podía haber pasado tratándose de aprender molinería, eclipsados por su radiante personalidad, benevolencia y profundos conocimientos, superó con creces las referencias que nos habían comentado de él.
Desde ese momento nació una corriente de amistad y admiración con Hugo que aún perdura, amistad que nos llevó a trabajar más de 30 años juntos, a visitar tantos molinos, otros países, pero siempre con el placer que se siente de estar acompañado por alguien tan bueno y agradable..
Creo que no alcanzarían las palabras para describir la capacidad e idoneidad de Hugo en Molinería, sin ninguna duda la persona más idónea de América Latina pero por lejos, he conocido muchísimos molineros como para afirmarlo, pero creo que aun eso no es lo más importante de su personalidad, a mi modo de pensar creo que lo más importante es el amor que transmite por la Molinería, esa pasión que demuestra que solo los grandes suelen tener.
Rasgos de su personalidad que lo llevaron a obtener el generalizado reconocimiento de sus colegas de todo el mundo ¡! cosa no muy común en esta profesión algo mezquina de reconocimientos personales.
Que gracia de Dios tuve yo al tener como maestro y compañero de trabajo durante tantos años a Hugo…
Un fuerte abrazo

Norberto A Del Gesso. (Enero 2018)


Nos conocimos en el año 1975. Yo recién ingresaba en el mundo molinero en Molinos Río de la plata y Hugo comenzaba con sus visitas periódicas a cada una de las sucursales.
Desde el inicio establecimos una relación que defino como mitad laboral y mitad de amistad.
Primero fue mi profesor y a lo largo del camino trabajamos juntos en proyectos de los molinos de la empresa, como por ejemplo en Dique III.
Más tarde compartimos la misma oficina (Técnica) en Casa Central (Paseo Colón) y era realmente grata la convivencia diaria, de compañerismo absoluto.
Siempre dispuesto a dar una mano en lo que sea más allá de lo laboral, puedo comentar en lo personal algunas anécdotas, como la invalorable ayuda que me brindó (de propia voluntad) durante una mudanza de casa (en día Domingo y solo entre los dos).
En otra oportunidad, concurrí con mi auto al Hospital Italiano para una consulta traumatológica y me terminaron enyesando una pierna, quedando en ese momento imposibilitado de manejar. Hugo se tomó un taxi desde Casa Central para trasladarme luego con mi vehículo hasta casa. Son algunos de los múltiples casos que podría comentar.
Ese es Hugo Sierra, en lo que hacía falta, ahí estaba, siempre dispuesto para alguna gauchada.
Didáctico, criterioso, artesano y fanático de la molinería, siempre abierto a compartir ideas y a brindarse 100% para una explicación exhaustiva de un tema específico. No paraba hasta encontrar la mejor solución a un problema molinero.
Más allá de las aptitudes técnicas molineras que son de alto reconocimiento, estos pequeños comentarios es tal vez la faceta que quiero resaltar de su personalidad como compañero y amigo.

Ing. Raúl López Martinez. (Enero 2018)


Don Hugo participaba de cuanto evento familiar pudiera, recuerdo los viajes, kilómetros recorridos de grandes charlas, mi admiración profunda por sus conocimientos y la cantidad de horas compartidas de trabajo y camaradería, son las cosas que guardaré por siempre en mi corazón, se me va un grande, un referente y una gran amigo. Un saludo a la eternidad.
Andrés Espósito y Familia (22 de Febrero de 2018)

¡ Siempre te recordaremos!

 

Por admin

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